¿Qué es el TEA?

TEA equivale a las siglas del Trastorno del Espectro Autista. Se trata de un trastorno del neurodesarrollo de origen neurológico que emerge desde que nace el bebé o en sus primeros meses de vida. Este trastorno tiene lugar por una evolución anormal del crecimiento y del desarrollo del sistema nervioso en general del bebé.

Los signos del TEA se van manifestando a medida que el individuo crece y va desarrollándose. Sin embargo, a pesar de que las primera manifestaciones del trastorno tienen lugar durante los primeros meses de desarrollo, es un trastorno que está presente durante toda la vida.

Las áreas más afectadas en el TEA son las mismas desde la infancia hasta la edad adulta. Estas áreas son las relacionadas directamente con la comunicación, la interacción social y el procesamiento de la información. Estos tres aspectos son fundamentales para el desarrollo sano de la vida social, personal y laboral de la persona con TEA.

De este mismo modo, este trastorno puede dar lugar a alteraciones conductuales, así como a intereses y actividades estereotipadas. Las actividades estereotipadas son de carácter simple y repetitivo consecuencia de la resistencia al cambio y la necesidad de rutinas para encontrar la seguridad en su día a día. Asimismo, otra de las características representativas puede ser movimientos repetitivos por momentos de ansiedad, conductas de agitación o rabietas, conductas autolesivas, momentos de inatención si no le interesa lo que están haciendo, entre otras.

El TEA en adultos no sucede en todas las personas de la misma forma ni tiene un patrón exacto de desarrollo. Según el individuo posee unas características u otras y resulta importante conocer bien al paciente para saber como trabajar sus peculiaridades y conseguir mejores resultados

Causas del TEA

Como en muchos trastornos, existen diferentes teorías que han ido evolucionando y modificando el origen del TEA. Existen teorías que han estado presentes durante tiempo atrás y que, por suerte, ha podido demostrarse que no eran ciertas. Por ejemplo, las teorías que justificaban el trastorno por la ausencia de demostración de amor por parte de los progenitores al bebé, la vacuna triple vírica, etc.

Por otro lado, hay variables de diversa naturaleza que se relacionan con la aparición del TEA. Variables como factores ambientales, alteraciones genéticas o cromosómicas, trastornos bioquímicos, alteraciones fisiológicas que ocasionan trastornos cognitivos, entre otras.

Centrándonos en las anomalías de origen biológico, se han llegado a descubrir alteraciones funcionales significativas en diversos lóbulos cerebrales, en la corteza e incluso en estructuras cerebrales internas. Otra diferencia que parece tener importancia y que se ha demostrado en diferentes estudios de personas con TEA es el tamaño aumentado del cerebro.

En cuanto a la influencia genética, la causa emerge del incorrecto patrón de funcionamiento de los genes que tienen la función de formar el sistema nervioso central entre el tercer y el séptimo mes de embarazo.

Para terminar, existen estudios que justifican el aumento en la segregación de determinados neurotrasmisores como la serotonina, el exceso de péptidos-opiáceos endógenos o la elevada cantidad de dopamina como agentes influyentes en el TEA.

En la actualidad, se siguen buscando causas del TEA ya que sigue siendo un gran desconocido. 

Tipos de TEA

Con el paso de los años, la clasificación del TEA ha sufrido diferentes modificaciones. En la actualidad y desde el año 2013, el Manual DSM-5 agrupa el Trastorno Autista, Trastorno de Rett, Trastorno Desintegrativo Infantil, Trastorno de Asperger y el Trastorno generalizado del desarrollo no especificado bajo la única etiqueta diagnostica de Trastorno del Espectro Autista. 

Evaluación y Tratamiento

La evaluación y diagnóstico del TEA en adultos debe partir de las áreas con mayor afectación. Estas áreas son: el área de comunicación verbal y no verbal y el área social.

Las personas con TEA adultas también muestran dificultades para integrarse de forma activa en la vida cotidiana. Por ello, a pesar de no encontrarse en edades escolares o en edades tempranas, deben tener la posibilidad de trabajar estas dificultades para minimizarlas y encontrar alternativas para comunicarse y conseguir una aceptación social adecuada.

Como ya se ha descrito, las alteraciones de la comunicación verbal y no verbal y del área social pueden repercutir de manera significativa en la integración social, académica y laboral de la persona. Por ello, debemos mentalizarnos para que, a pesar de encontrarnos en la etapa adulta, sea normal acudir al logopeda para recibir tratamiento y que puedan dotarnos de estrategias y herramientas para mejorar nuestro lenguaje, nuestra comunicación no verbal, al desarrollo del pensamiento y todo lo relacionado con la perspectiva social.

Cuando no recibimos la ayuda que necesitamos para disminuir las dificultades ocasionadas en las áreas anteriormente comentadas, encontramos signos como frustración, desmotivación, perdida de interés, y demás consecuencias.

La logopedia es la disciplina que ayuda a desarrollar el lenguaje y la comunicación verbal y no verbal, en la medida de lo posible en personas con TEA. Además, cuando el desarrollo del lenguaje no es posible, se pueden establecer sistemas alternativos y aumentativos para que la persona consiga comunicarse eficazmente con el objetivo de expresar y comprender las demandas propias y del entorno. Para ello y con el objetivo de conseguir un desarrollo íntegro de la persona y de su integración en la sociedad de forma adecuada, es imprescindible realizar un estudio y valoración de sus características, intereses, motivaciones y necesidades individuales.

Si necesitas más información acerca de nuestros servicios y tratamientos para adultos y niños, puedes verlos en nuestra página de logopedia.