¿Qué es la Enfermedad de Alzheimer?


La Enfermedad de Alzheimer es una demencia que afecta principalmente a la corteza cerebral ocasionando la degeneración de la misma de forma progresiva.

Normalmente esta enfermedad varía según la persona. Suele diagnosticarse en personas mayores de 65 años, cuando aparecen las primeras manifestaciones de la enfermedad. Sin embargo, aproximadamente el 50% de los casos son diagnosticados en personas mayores de 85 años.

Esta enfermedad neurodegenerativa es la más común. La enfermedad de Alzheimer es la causante del 60 al 80% de los casos de demencia. Existe una forma de Alzheimer precoz, menos común que el mencionado anteriormente, que afecta a personas menores de 65 años.

La persona afectada experimenta cambios en su comportamiento que resultan anormales en ella. Un signo muy común de la Enfermedad de Alzheimer es el conocido “fenómeno de la punta de la lengua”. Este fenómeno tiene lugar en situaciones en las que pretendemos decir algo y no somos capaces de darle forma mediante la lengua, pero, sabemos que lo tenemos cerca.

Este fenómeno también es muy común en otras demencias o en el deterioro cognitivo leve (deterioro que tiene lugar con el paso del tiempo por el envejecimiento natural de las estructuras y de sus tejidos).

Con la progresión de la enfermedad pueden ir desapareciendo algunos de los aprendizajes que se llevan a cabo a lo largo de la vida de forma involuntaria.

Causas del Alzheimer

Una de las causas que se identifican en la Enfermedad de Alzheimer es la acumulación extracelular de la proteína Beta-amiloide causada por un mal procesamiento de la Proteína Precursora Amiloide. Esta acumulación en los espacios entre neuronas da lugar a placas amiloides que resultan tóxicas para las neuronas. Esta es una de las causas más comunes en la Enfermedad de Alzheimer precoz.

Otra de las causas puede ser la desestabilización del citoesqueleto de la neurona por la hiperfosforilación de la proteína Tau. Esto da lugar a ovillos neurofibrilares dentro del soma celular.

Tanto las placas (entre neuronas) como los ovillos (fibras retorcidas de proteína Tau) son estructuras anormales que dañan y matan células o neuronas ocasionando a nivel neurológico este tipo de demencia.

Por otro lado, existen factores que aumentan la aparición de la Enfermedad de Alzheimer como son la edad, es más común en personas de edades superiores a 60 o 65 años y mayores de 80 u 85 años. También existe más casos en mujeres por su mayor longevidad con respecto a los hombres.

El origen de la enfermedad puede ser espontáneo y familiar (trasmisión genética). Entorno al 90% de la Enfermedad de Alzheimer está asociado a su forma espontánea y se desconoce hasta el momento su origen. Existe sospecha de una combinación entre agentes externos y determinada carga genética.

En cuanto a la forma familiar autosómica dominante (entre 5-10% aproximadamente), sucede por mutación en los genes de la presenilina 1 y 2, causantes de la quiebra de la alfa-secretasa por una parte inadecuada de la proteína.

Otra forma sería por la presencia de un cromosoma 21 extra (Síndrome de Down) que se encarga de codificar la proteína precursora del amiloide, aumentando su cantidad a más de la indicada.

Algunos de los signos más comunes de la enfermedad son: 

    • Momentos de desorientación espacial y temporal cada vez más habituales.
    • Dificultad para llevar a cabo la economía y las tareas de la casa.
    • “Fenómeno de la punta de la lengua” cada vez más frecuente.
    • Cambios en la funcionalidad cotidiana.
    • Alteración de memoria cada vez más evidente.
    • Cambios de personalidad.
    • Dificultad progresiva de razonamiento.
    • Dificultad para llevar a cabo cálculos matemáticos básicos.
    • Incapacidad para emitir palabras.
    • Dificultad para emitir frases complejas.
    • Incapacidad para recordad números de teléfonos, nombres de personas, direcciones, etc.
    • Dificultad para alimentarse de forma segura y eficaz, concretamente la dificultad radica en el acto de tragar.
    • Cambios notables en funciones cognitivas complejas.
    • Deterioro progresivo en el control de esfínteres.
    • Desconexión progresiva del entorno más próximo.
    • Dificultad para recordar información recién aprendida.

Tipos de Alzheimer

Resulta imprescindible identificar como avanza la enfermedad y qué áreas va invadiendo con su progreso.

Es la localización de la afectación lo que condiciona la intervención para su tratamiento.

No existen tipos descritos de la Enfermedad de Alzheimer pero sí existen fases descritas según el estado en el que se encuentre el avance de la enfermedad y las zonas afectadas.

 

Evaluación y tratamiento

El diagnóstico debe realizarlo el médico especialista (Neurólogo). Será este el que lleve a cabo determinados tests cognitivos para asegurarse que estamos ante esta enfermedad. Además suele guiarse por observaciones y exploraciones de conducta y signos físicos.

Una vez tengamos el diagnóstico del profesional indicado debemos acudir a otros profesionales que nos ayuden a paliar y ralentizar al máximo los síntomas para conseguir alargar y conservar las funciones básicas de la vida cotidiana.

En nuestro caso, el logopeda es el profesional especializado en ralentizar los síntomas relacionados con la comunicación y la alimentación. A través de la rehabilitación logopédica se trabaja las habilidades lingüísticas, el estado de la musculatura y funcionalidad de la misma. Mediante ejercicios de expresión y comprensión del lenguaje se pretende paliar los efectos de la enfermedad para que la persona afectada pueda comunicarse de forma eficaz el máximo tiempo posible.

Asimismo, la alimentación es una de las funciones más significativas en estos casos, ya que el cerebro va perdiendo las conexiones que llevan a cabo este proceso tan básico y por ello, resulta muy importante la rehabilitación de las estructuras para alargar esta función el mayor tiempo posible. Resulta fundamental el poder comunicarnos y alimentarnos para que nuestra vida tenga sentido y nos encontremos en mejor estado emocional y social.

Actualmente no existe tratamiento que pare radicalmente la enfermedad, por este motivo debemos realizar terapia logopédica, además de otras terapias con fisioterapeutas o neuropsicólogos para frenar en la medida de lo posible los signos o síntomas que van apareciendo con el progreso de la enfermedad.

Si necesitas más información acerca de nuestros servicios y tratamientos para adultos y niños, puedes verlos en nuestra página de logopedia.